Entre los principales pedidos de las y los estudiantes para la Semana Loca 2022 se repetía una palabra: “terror”. Querían vivir experiencias que los asustaran. Entonces, como docentes, preparamos un día dedicado al miedo.

En un espacio cerrado —el aula—, completamente a oscuras pero repleto de alaridos, aullidos y sonidos espeluznantes, compartimos distintos relatos de ficción que generaron un clima acorde. Luego, cada una y cada uno de los participantes tuvo la oportunidad de relatar alguna experiencia tenebrosa: hubo encuentros con lo desconocido y con lo fantasmal y llegamos a la conclusión de que aquello que percibimos en nuestra vida cotidiana no agota toda la realidad posible.


De este modo, un ámbito cotidiano (la escuela, el aula, las y los compañeros y docentes con los que compartimos el día a día) se reveló como un espacio fantástico, apartado de la rutina. Finalmente, las situaciones vividas y puestas en palabras en esa intimidad las y los conectaron con otros mundos posibles…