Entre las asignaturas de Geografía y Matemáticas nos preguntamos ¿conocen los cursos de 1º Año dónde viven sus compañeros y compañeras? ¿Tienen la posibilidad de encontrarse fácilmente o de ayudarse? La proximidad aporta mucho a la hora de acompañarse.

La identidad de una persona o grupo tiene diversas dimensiones. Por ello, el Proyecto Identidad de la escuela está abarcado por múltiples disciplinas. La identidad espacial es una forma de pensarse y de pensarnos que está siempre presente, muchas veces de manera tácita. A veces se nos vienen a la mente recuerdos de cuando pasamos por el Jardín o por la panadería a la que siempre íbamos a comprar. Los lugares nos recuerdan emociones, anécdotas, sensaciones de todo tipo. Pero pensar en la dimensión espacial no solo abarca el pasado, sino que también es clave para el presente.
En este marco, como parte del Proyecto Identidad, las y los estudiantes de 1° Año A y B elaboraron un registro de sus casas en el barrio. Se organizaron en grupos de trabajo según la cercanía de sus domicilios y fueron señalando en mapas digitales estas y otras referencias que les resultaran importantes, como pueden ser comercios que frecuentan o conocen, las plazas y el shopping. De pronto empezaron a surgir coincidencias: “¡A esa casa de pastas voy todos los domingos con mis viejos!”. Y así empezaban a entretejerse las identidades espaciales, conociendo los lugares propios y del otro.
Llegado el momento de pasar al papel, cada grupo delimitó la zona que representaría en su mapa y pensó las proporciones del dibujo, haciendo bocetos de calles, manzanas y vías de tren. Finalmente, marcaron las referencias, agregaron nombres de calles o avenidas e indicaron la escala utilizada. Tomando como referencia central la ubicación del colegio, llenamos las paredes del SUM con los mapas construidos, teniendo en cuenta las distancias: desde unas pocas cuadras hasta otras comunas. Junto con la profesora de Matemáticas, habían estudiado previamente la proporcionalidad directa y analizado particularmente la relación entre figuras o imágenes proporcionales. Esta noción fue llevada a la elaboración de la escala de cada mapa; buscaron respetar una proporción entre la captura de Google Maps que veían en sus teléfonos y aquello que debían dibujar.


La proporcionalidad directa es fundamental en la cartografía porque permite representar de manera precisa y consistente las relaciones entre las distancias y áreas en el mapa y las de la realidad.
Las chicas y los chicos de 1º Año tuvieron que tejer la relación entre la representación plana de la ciudad y las cuadras y calles que caminan a diario y que, en muchos casos, representan sus primeros traslados sin adultos que los acompañen: analizando cuidadosamente los recorridos que hacen “en piloto automático” para verificar la correcta señalización de sus casas, mirando con atención y por primera vez espacios tantas veces caminados o descubriendo que sus compañeros y compañeras viven a tan solo unas cuadras y van al mismo club.
Precisamente, ese descubrimiento fue clave para nosotros como docentes, ya que había sido parte del impulso inicial de esta propuesta. Así, a las y los estudiantes se les permitió pensarse en el espacio público que habitan, individual y colectivamente. Quizás, en un futuro, suene el timbre y del otro lado del portero haya una voz familiar con alguna propuesta interesante.