En el último tiempo, la Robótica Educativa (RE) se ha transformado en un horizonte importante para los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Tanto es así que, desde hace algunos años, contamos, por ejemplo, con los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) de Educación Digital, Programación y Robótica. En el trabajo “Los robots llegan a las aulas” de 2014, Ghitis y Vásquez explican que “el uso de estos objetos tecnológicos puede ayudar de una manera distinta a abordar contenidos curriculares, aprovechando las diversas posibilidades que este tipo de tecnología puede brindar”.
En este marco, en 2020 comenzamos a proponerles a los estudiantes de todos los grados diferentes actividades virtuales vinculadas al pensamiento computacional, la programación y la robótica.
Ya en 2021, invitamos a los chicos de 7º grado a atravesar diferentes desafíos de programación en Scratch, ofreciéndoles la oportunidad de programar con bloques. Más adelante, incorporamos el uso del simulador en línea Tinkercad, con el que tuvieron la oportunidad de realizar montajes de diferentes actuadores (Leds) y programar la placa Arduino Uno.

Una vez terminada la simulación, avanzamos un poco más con el proyecto: nos enfocamos en la programación y construcción de un semáforo. Para lograrlo, formamos pequeños grupos que trabajaron con los kits de robótica, cuyos componentes principales son la placa Arduino Uno, los Leds, las resistencias, los cables y la protoboard. Entonces, se realizó el montaje físico, es decir, el que antes había sido simulado. Para realizar la programación, se utilizó el software Mblock, muy similar a Scratch, que ofrece la posibilidad de programar diversas placas y robots.
Es importante resaltar la importancia del trabajo colaborativo: los aportes que cada estudiante realizó, a partir de sus ideas y conocimientos, a lo largo de todo el desarrollo de la propuesta.
Finalmente, cada uno de los grupos pudo armar y programar el semáforo de manera satisfactoria. Este objetivo había generado en los chicos muchísima motivación, transformando al aprendizaje en aprendizaje significativo. Sin dudas, actividades como estas fomentan el desarrollo del pensamiento lógico, de la creatividad y de la capacidad para la resolución de problemas: todas ellas habilidades que se potencian con el pensamiento computacional.