Desde que la Orquesta Clave de Glaux dio sus primeros pasos —inicialmente estaba conformada por un primer grupo de estudiantes que tocaban el violín— hasta el día de hoy —diez años después— disfrutamos de cada momento de este largo recorrido. Siempre con la alegría de compartir junto con las familias cada evento: cada uno de los encuentros con otras Orquestas, cada presentación… y los inolvidables viajes.

En estos días —en que superamos los desafíos que nos trajo la pandemia— la forma más auténtica de celebrar estos diez años es volver a reunirnos en cada ensayo y en cada presentación, disfrutando al máximo y llenando la escuela, nuevamente, de melodías.
En éste 2022, el número de integrantes del grupo volvió a ser importante y las y los profesores de la Orquesta estamos muy orgullosos de todos y cada uno de ellos: los que estuvieron en todo momento y aportaron su experiencia, los que regresaron con entusiasmo y los nuevos músicos que, después de vencer los primeros temores, aportaron toda su energía.
Con la Orquesta creciendo, en número y en calidad, profesores y músicos también recuperamos los grandes desafíos. Porque el trayecto musical no es fácil ni rápido, pero tampoco es imposible y está lleno de lindos momentos e incontables beneficios.


La música y, sobretodo, aprender a tocar un instrumento, nos forma y estimula en varios aspectos:
• Desarrollo de la psicomotricidad.
• Desarrollo de la memoria.
• Desarrollo del pensamiento múltiple.
• Desarrollo del pensamiento lógico.
• Facilidad en el aprendizaje de idiomas.

Y hablando de un arte tan puro como la música, nuestros sentimientos no quedan aparte, son fundamentales y también se desarrollan con muchos beneficios:
• Desarrollo de la sensibilidad.
• Crecimiento de la autoestima.
• Formación en valores.
• Desarrollo de la capacidad de autoescucha y reflexión.
• Fomento de la responsabilidad y el cuidado.
• Desarrollo de la empatía y las habilidades sociales.

Esperamos que parte de este disfrute y de estos nuevos sonidos lleguen hasta cada hogar y puedan sentir lo que nosotros sentimos cada tarde: sorpresa y emoción cuando alguna niña o algún niño se acerca para mostrarnos cómo logra nuevas melodías. Sus dedos se mueven, la música sale desde su corazón y sus ojos sonríen.