Nuestra intención es, en cambio, poner a dialogar permanentemente ambos ámbitos: teñir de filosofía la vida cotidiana para desnudarle a esta última su revés de complejidad, sus supuestos, sus contradicciones y, en el mismo movimiento, desafiar al pensamiento filosófico, que se supone abierto a la revisión y a la transformación permanente. Buscamos que la filosofía pueda trascender lo académico para que se vuelva una herramienta de análisis e intervención crítica del mundo, para que en aquella complejidad que a este se le descubra sea posible enriquecer nuestra mirada sobre él, al mismo tiempo que intervenirlo, siempre que se lo considere oportuno. En última instancia, pareciera que todo este movimiento de imbricación constante entre filosofía y vida cotidiana dibuja en el horizonte la esperanza de que, al descubrirnos en medio de una madeja más compleja de lo que creíamos, nos volvamos más sensibles frente al mundo.
En este marco, la actividad que le propusimos al grupo de 5º año apuntó a acercar la disciplina a la vida de las y los estudiantes. Pensamos en un proyecto fiel a la idea de la filosofía en tanto práctica que busca desnaturalizar lo dado, que pretende acercarse de manera crítica a la vida cotidiana, abonando, también, la idea de potencia que supone el pensar colectivo. Así, con la intención de desnaturalizar una idea lejana de lo que sería filosofar y, al mismo tiempo, con el objetivo de comprometer a las y los estudiantes en una elaboración que implicara una creación colectiva, compartimos con ellas y ellos la consigna el mundo al filo: filosofANDO en 2’.