Los grupos de 2º y 3º Año recorrieron Parque Chas en el marco de las asignaturas Lengua y Literatura. Leyeron acerca de su mitología y su peculiar trazado y luego escribieron historias fantásticas a partir de la idea del laberinto.
Textos en su laberinto
Laura González
Desde el área de Lengua, en 3º Año, trabajamos en el Proyecto Laberintos. Leímos el relato mítico del Minotauro y nos fuimos de excursión al barrio de Parque Chas. Allí analizamos cuentos de autores argentinos que plantean la imposibilidad de sus personajes de escapar de ese laberinto urbano. Mapa en mano, y sin poder recurrir a la ayuda del celular, los chicos y las chicas debieron cumplir diferentes desafíos para orientarse y llegar a la meta en la placita del sitio.
Además, retomamos los personajes que las y los alumnos de la Orientación Artística crearon y dibujaron en la materia Taller de Artes Visuales: imaginamos sus vidas y sus características. Luego creamos narraciones en las que los personajes se encontraban encerrados en algún tipo de laberinto, que también construirían en tres dimensiones en Física. Para crear los cuentos, las y los estudiantes tuvieron que sortear algunos obstáculos: cada determinado tiempo, debían tomar un naipe al azar en el que había dibujos o frases que se debían incorporar a la historia.
Donde se cruzan los caminos
por Juana Demetrio y Malvina Cobian (3° A)
Olivia y Sabrina se vieron en la Met Gala, el evento más importante para todos los famosos que querían quedar en boca de los fanáticos por el resto del año. Su primer encuentro fue en la alfombra roja. Fue tan solo un roce entre sus manos, pero ambas lo sintieron. Luego siguió la cena de ceremonia. Las dos chicas se encontraban en mesas distintas, lejanas, pero no pasó mucho tiempo desde que se sirvió el plato principal antes de que comenzaran a intercambiar miradas. Solo bastó con un mensaje de Sabrina para que las dos se pararan de sus mesas sin dudarlo. Con paso rápido y un nudo en el pecho, ambas caminaron hacia el jardín del museo del Met. Olivia llegó primero, cuando vió a Sabrina la recibió con una sonrisa.
-Te estaba esperando- dijo Olivia.
-Tenía ganas de verte- contestó Sabrina.
La falta de privacidad las incomodaba, Olivia temía que alguien las viera juntas y empezaran rumores.
Sabrina, al notar la preocupación de Olivia, sugirió entrar al laberinto que se encontraba en el jardín. Ella accedió y juntas se aproximaron sin miedo, pero también sin saber dónde se estaban metiendo.
Luego de adentrarse al laberinto, Sabrina y Olivia empezaron a caminar mientras conversaban tranquilamente. El problema fue que no tuvieron en cuenta el hecho de que estaban en un laberinto y caminar en cualquier dirección era una idea estúpida. Sin embargo, cuando finalmente tomaron noción de lo mucho que se habían adentrado en el laberinto, era muy tarde.
-Pará, nos perdimos- dijo Olivia al notar lo lejanas que estaban de la entrada.
-Es verdad, bueno, tratemos de usar las brújulas que decoran tu vestido- contestó Sabrina. Y así lo hicieron, caminaron un rato sin encontrar salida, solo veían las rosas cada vez más rojas de las paredes del laberinto. Hasta que, en el silencio de la noche y las respiraciones agitadas por el cansancio de Olivia, se escuchó un ruido lejano a ellas. Cuando voltearon a ver al callejón sin salida de donde salió el sonido, estaba Joshua (el ex de ambas) parado, pero había algo extraño en él, tenía los ojos rojos, la mirada perdida y una espuma chorreándole de la boca.
-¿Joshua?- dijo Olivia.
Pero antes de que Sabrina pudiera acotar algo, él saltó de golpe y las empezó a perseguir. Ellas comenzaron a correr y, a medida que se adentraban al laberinto, el color de las rosas fue cambiando. Pasaron de rojo a bordó, hasta que se tornaron de negro profundo, casi tanto como la ocurisad del cielo esa noche. Apenas pudieron ver la primera rosa negra, Joshua frenó. Fue un movimiento seco, sin palabras, se dió la vuelta y, como si nada, caminó para el otro lado y dejó de perseguirlas. Se miraron con confusión, pero lo que las desconcertó más fue ver que estaban en el centro del laberinto. Y ahí, casi como la pieza de un rompecabezas que no encaja, se encontraron con una especie de máquina con un ojo gigante en el medio. Se acercaron a ésta, con la cautela de una persona que no distingue si lo que tiene enfrente es una amenaza o no.
-¿Para dónde tenemos que ir?- le preguntó Olivia a la máquina, con cierta inocencia.
-¿Sos boluda? Es una máquina, no te va a contestar- dijo Sabrina con obviedad.
Pero antes de que Olivia pudiera contestar, el ojo de la máquina giró en dirección a uno de los caminos del laberinto.
-Es por ahí- habló Olivia con firmeza, y Sabrina la siguió sin cuestionar.
Cuando avanzaron, vieron cómo las flores negras se fueron haciendo bordó, de vuelta rojas y finalmente blancas, como en el principio del laberinto.
Cuando dejaron de ser perseguidas por Joshua y se encontraron con rosas blancas otra vez, también vieron una puerta. Se miraron con emoción, con esperanza, pero todos esos sentimientos se borraron cuando observaron una gallina parada al lado de la puerta. Su desconcierto no fue por el animal en sí, sino porque de su cuello colgaba una rosa negra y una nota.
- “Para que ambas puedan vivir, tendrán que pasar el resto de sus vidas separadas”- leyó el papel en alto Sabrina.
No fueron necesarias palabras para expresar ese nudo en la panza que ambas sintieron. Olivia tomó la mano de Sabrina y, con los ojos lagrimeando, le dió un beso de despedida. Sabrina apretó con fuerza su mano, abrieron la puerta y salieron del laberinto.
Cuando pudieron ver las luces del jardín del Met, suspiraron de alivio. Sin embargo, esa sensación se terminó cuando vieron a todos los invitados del Met esperándolas con expresiones de preocupación y murmullos prejuiciosos, imaginando lo peor de ellas. Nunca se pudo saber la versión exacta de lo que pasó esa noche en el laberinto del Met, o por lo menos ninguna quiso aclararlo. Aunque esto no fue un obstáculo para la prensa y los fanáticos, todo el mundo comentó lo que pasó ese día, especialmente porque después de esa gala, Sabrina y Olivia no volvieron a cruzarse nunca más.
Legends and Urban Myths
Natalia Losada
El proyecto Laberintos también formó parte del área de Inglés, en la que analizamos y debatimos las diferencias entre mito urbano y leyenda. En 2º Año (nivel standard) cada estudiante buscó una leyenda, la analizó y la resumió para luego crear un hermoso flyer descriptivo. En 3º Año (nivel advanced) cada estudiante buscó una leyenda para luego armar una secuencia de imágenes que explicaran su significado. A continuación, crearon textos sobre esa historia.
Laberintos urbanos
Verónica Mariño
Con los chicos y chicas de 2º Año, desde el área de Lengua, nos propusimos escribir cuentos en los que el barrio de Parque Chas fuera el protagonista. Partimos de la idea de que el barrio tiene conciencia propia y es capaz de interactuar con sus habitantes para luego explorar la razones por las que este podría causar sucesos extraños, desapariciones o pérdidas: ¿se trata de venganza, de protección o simplemente de diversión?
Para escribir estas historias las y los chicos debían tener en cuenta las características únicas del barrio, su trazado laberíntico y sus calles circulares, así como leyendas urbanas asociadas a su particular trazado (la del colectivo 666, por ejemplo). Las historias debían dar cuenta, además, de la atmósfera particular en las que se desarrollaban.