Este año se cumplieron 22 años del reconocimiento de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural, hecho motivado por el carácter único de este territorio jujeño que combina belleza natural, riqueza arqueológica y una herencia cultural viva. Como todos los años, en el Glaux, volvimos a habitar y recorrer este lugar tan significativo junto a los estudiantes de 4to Año.
Recorrimos la Quebrada e hicimos honores a esa belleza tan imponente y permanente que apreciamos en lugares como el mirador del Río Grande, la Cuesta de Lipán, el Paseo de los Colorados en Purmamarca y en todo el camino que nos condujo a Humahuaca.
También conocimos Maimará, reconocido por la ONU como uno de los mejores pueblos turísticos del planeta, que se extiende a los pies de la Paleta del Pintor, una formación montañosa que parece salida de una obra de arte: los rojos, verdes, ocres, amarillos y grises de sus cerros conforman una postal única. Fue emocionante caminar por sus colores.
Pero no solo fue un viaje de apreciación de la belleza natural: en busca de ese reconocimiento a su riqueza histórica visitamos los pueblos quebradeños en los que destacan las iglesias, construidas en tiempos de la colonia, como la capilla Nuestra Señora de los Dolores, en Tumbaya, que conserva pinturas que datan del siglo XVIII; y recorrimos el Pucará de Tilcara, sitio arqueológico que nos trae las voces y vivencias de los antiguos habitantes de la región.
Finalmente fuimos al encuentro de la herencia cultural viva y pasamos un día con la familia de Clarita y Hector Lamas, en la comunidad de Hornaditas, quienes nos permitieron acompañarlos en los preparativos de la celebración del Día de los difuntos, haciendo pan para la ceremonia y coronas de flores para ofrendar a las almas.
Para cerrar el viaje, los chicos y chicas, dialogaron con diferentes personas que encontraron en torno a la plaza de Tilcara, contrastando las miradas de los que siempre vivieron ahí con la de quienes eligieron habitar en este lugar más recientemente o los que estaban de paso como turistas. La intención de esta actividad fue que pudieran reflexionar acerca de cómo los territorios van cambiando y resignificándose a través del tiempo y los conflictos que pueden surgir en ese proceso. Lo mismo que ocurrió en nuestra visita a las Salinas Grandes, donde escuchamos el relato de las comunidades indígenas frente a los proyectos de extracción de minerales para nuestro caso de estudio, el Litio.
Autores: Edward Acosta, Nehuén Brat, Mariana Márquez y Mariana Arias