Para las chicas y los chicos que llegan a 4º Grado, la Promesa de lealtad a la Bandera aparece como un gran desafío. Este año, nos fuimos preparando poco a poco a través de toda una serie de actividades. ¿Les gustaría conocer las estaciones clave de este recorrido?

Comenzamos con el proyecto “Manuel Belgrano, la bandera y yo”. No era fácil imaginar cómo podía ser la vida en 1810, cómo era la gente y cuáles eran sus costumbres en ese momento tan lejano para nosotras y nosotros. Buscamos ir incorporando y construyendo juntos algunas ideas relacionadas no solo al aspecto histórico de nuestra Bandera, sino también a conceptos más profundos sobre qué es ser argentino y cómo está conformada nuestra sociedad. Para ello, abordamos diferentes aspectos: por ejemplo, lo geográfico y lo histórico como construcciones socio-políticas e históricas, enmarcadas dentro de un proyecto de país “libre y soberano”.
Poco a poco, fuimos conociendo a Manuel Belgrano: su vida, sus ideales y su fuerte deseo de crear una Patria. Leímos Soy Manuel, de Margarita Mainé, en el que un niño llamado Manuel recorre la ciudad sobre el carro con el que su papá junta cartones. Un día, entre los libros que alguien descartó, Manuel encuentra una revista. En su interior, aparece el dibujo de un hombre a caballo. “¿Por qué será que le llama tanto la atención?”. “¿Será algún superhéroe?”. Muy pronto, de la mano de su maestra, Manuel conoce no solo las letras y el significado de las palabras, sino también muchísimas características de este singular personaje. Por ejemplo, por qué en nuestro país lo recordamos con tanto cariño y lo llamamos “prócer”.


También realizamos un recorrido por aquellos lugares de nuestra ciudad que fueron importantes en la vida de Belgrano. Conocimos su casa, el Convento Santo Domingo, el Colegio Real San Carlos, el Cabildo, la Casa Rosada, la Plaza de Mayo y, además, caminamos por la calle Defensa. Todo ello para conocer un poco más sobre cómo se vivía en su época.
Y finalmente, llegó el día tan esperado… Aquel en el que, por fin, íbamos a decir “Sí, prometo”, pero sabiendo qué es lo que estábamos prometiendo y a qué nos estábamos comprometiendo. La escuela se vistió de celeste y blanco. Presentamos la bandera que realizamos en plástica con azulejos y cantamos, muy orgullosos, la canción “Quiero para mí”, del grupo Canticuénticos. Todo transcurrió en un clima muy especial: la Patria se hizo sentir a través de la Bandera. Así empieza a formarse en cada una y cada uno de ellos un sentimiento patriótico, emotivo para con un lugar que, desde pequeños, ya están aprendiendo a querer, a sentir, a cuidar, a conocer.