“Ustedes fueron contratad@s por una agencia ultra secreta mundial que lucha contra las Inteligencias Artificiales. Estas habitaciones pertenecen a una base secreta que, en principio, estaba comandada por científic@s. Sin embargo, algo ocurrió y la IA nos amenazó con tener unos 40 minutos para resolver el misterio que nos propuso: desactivar la IA y así salvar a la humanidad”.

Con este mensaje fueron recibidos las y los estudiantes de 7° Grado y 1er Año el lunes 9 de octubre, en vísperas de la tradicional Semana Loca que tiene lugar en el Nivel Secundario, en la que se transitan diversos talleres y actividades flexibles que rompen con la estructura clásica de clase.
En nuestro caso, pudimos disfrutar de una serie de desafíos lógicos y matemáticos que despertaron diversas emociones bajo el formato de sala de escape. Tres salas fueron totalmente ambientadas temáticamente y el desafío consistió en salir en menos de quince minutos utilizando herramientas lógicas y matemáticas y también algunas habilidades sociales.
Como docentes, nuestro viaje incluyó las siguientes paradas:

• Una larguísima preparación
El proyecto empezó a gestarse durante el receso de invierno, impulsado por el deseo de acercar a los Niveles Primario y Secundario bajo una dinámica grupal y lúdica. ¿El punto de encuentro? Una sala de escape, actividad recreativa que con el correr de los años se popularizó muchísimo. Se trata de un espacio ambientado bajo el concepto de cierta temática ficticia, generando así una sensación de inmersión. ¿El objetivo? Encontrar y comprender las pistas, descifrar los acertijos y salir de la habitación antes de que se acabe el tiempo. ¿Los desafíos para las docentes? Adaptar la propuesta a los tiempos y espacios escolares para nada más y nada menos que… ¡75 estudiantes!

• La producción de las salas
Se ambientaron dos aulas y el laboratorio bajo tres temáticas: análisis de la mente creativa (la sala de arte); el archivo digital (la oficina) y la escena del crímen (el laboratorio). Esta ambientación se realizó en tiempo récord antes del ingreso de las y los estudiantes: configuramos temporizadores, pegamos carteles, intervenimos las pizarras (e incluso el piso), preparamos tablets con los acertijos digitales, escondimos las pistas, distribuímos elementos decorativos, ambientamos sonoramente el espacio de arte y dividimos cada lugar en dos partes espejadas para optimizar el tiempo.
Mientras construíamos los enigmas, nos encantaba imaginar los elementos decorativos. Diseñamos cascos de papel metalizado para las cabezas del equipo de arte, distribuimos elementos de oficina y hasta dibujamos una silueta policial en el suelo del laboratorio. Todo empapado en misterio y cintas de peligro.



• La distribución en equipos al azar
Organizamos seis grupos integrados por estudiantes de los tres cursos en forma aleatoria. Dichos grupos fueron rotando para poder participar de las tres salas. Cuando un grupo terminaba, debía esperar a que otro también finalizara para poder acceder a una sala diferente; pero los tiempos de cada grupo eran diversos.


• Las devoluciones de las chicas y los chicos
Luego de tal despliegue, nos resultó super importante escuchar y tomar nota de cómo lo vivieron ellas y ellos. Hubo, en líneas generales, una gran aceptación de la propuesta. Nos encontramos con comentarios positivos del estilo “fué original en la escuela”, “conocíamos las salas de escape, aunque ésta fue diferente”, “se nota que trabajaron un montón” y también con recomendaciones para la próxima aventura: “se podría hacer el mismo evento en dos partes, para que nos conozcamos mejor al principio y entremos en confianza”.

Tanto las y los agentes contra la IA, como las y los estudiantes que están transitando el paso del nivel Primario al Secundario y éstas docentes podemos asegurar que la salida SIEMPRE es con otras y otras y que los desafíos tendrán su mejor resolución desde lo colectivo. Confiamos y queremos transmitir que toda gran obra sólo puede ser realizada y ejecutada en equipo.